Siempre que puedo trato de contar que la primera vez que me pagaron por hacer fotos fue en la cocina de un restaurante de comida italiana. Gracias a Gondola Trattoria y a Francisco por permitirme hacer mis primeras fotos.
Han pasado 10 años y desde entonces los alimentos han perseguido a mi trabajo fotográfico, no importa cuán ajeno sea el proyecto que se esté desarrollando, las fotos y la comida siempre están unidas.
Construí cajas de luz con cartón y papel vegetal; iluminé los platos con una lámpara de mesa de noche; conocí la dinámica de una cocina con un salón a reventar de gente; trabajé a ritmos impensables para un fotógrafo de alimentos. Hoy entendí que era una línea de producción de imágenes y nada más.
El trabajo en la cocina se mezcló con el trabajo de prensa. Esto me permitió estar en dos lugares totalmente opuestos de la fotografía y además me daba muchísima práctica para entender cómo funcionaba la luz, que es el proceso medular de la técnica fotográfica.
Las primeras fotos
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Estudié formalmente en 2019, así que todo lo anterior fue un tiempo de aprender y entender muchas cosas por mi cuenta. Tenía una ciudad entera para fotografiar y una cocina con unas condiciones de luz muy pobres; tenía dos buenos salones de clase.
El trabajo con los alimentos tomó más seriedad cuando dejó de existir el trabajo en el periodico. Tenía que trabajar. Solo quería hacer fotos. Entonces tomó otras dimensiones: hacía fotografía para algunos clientes de RRSS, también para algunos sitios web que estaba desarrollando, y logré sacar varios trabajos adelante y cuando me di cuenta estaba haciendo fotos de alimentos para una de las primeras empresas que hacían delivery en la ciudad y en el país.
Eso fue un escalón donde no pensé que podía llegar, ya no estaba solo. Sara está muy involucrada en los trabajos de fotografía comercial. Pasamos trabajo con clientes y sesiones interminables y aprendimos algunas cosas.
-Para cada sesión hay que poner límites de tiempo
-Hay platos que no se ven bien en las fotos hagas lo que hagas
-Las sesiones no se pueden hacer de un día para otro
-Si la comida sabe bien fría, caliente es insuperable
Mis primeros esquemas de iluminación me los enseñó Rafael Delgado. He visto clases con Marcela Lovegrove y de lo que le mostré le gustó muy poco, eso me impulsó un montón. Marhú Mc Cormick me enseñó a manejar los colores y que, con la comida, sí se juega. Todavía no sé cocinar bien, pero en algún momento lo haré y me gusta mucho entender de dónde viene cada plato.
Enseñar lo que has aprendido sirve para un sinfín de cosas. A mi me funciona para seguir aprendiendo, y para entender que una de las cualidades más importantes de los humanos es la cooperación. Si todos nos ayudamos, somos indetenibles. Por esto y por muchas cosas más me gusta enseñar, a mi hermana, la repostera, le parece que es porque me estoy poniendo viejo (te adoro un montón Desi).
Hace dos semanas di un taller de 8 horas a 20 alumnas, todas con empresas emergentes relacionadas al sector de alimentos. La experiencia fue increíble y estoy aprendiendo mucho al ver sus trabajos fotográficos, porque me veo en esas fotos, logro ver mis primeros trabajos y eso no es otra cosa que los primeros pasos para seguir mejorando.
Jul 19, 2023 10:24 pm
Tal cual ,como todos los inicios en retrospectiva uno se siente que pudo hacerlo mejor,pero nada que ver el disfrute del camino es sin duda lo mejor de todo,recordar lo que antes nos costaba tanto cada vez es más sencillo y desde luego como ley de vida naturalmente despues de un tiempo ya vas sintiendo que es momento de heredar todo lo vivido a todo aquel que piense que tiene algo que aprender de uno.
Y es así como te descubres acompañando a los que comienzan y sintiendo la inmensa satisfacción de enseñar todo aquello que un dia fue ensayo y error en tu camino.un abrazo de tu hermana repostera .